En mi visita a Londres este verano, cuando estábamos esperando el vuelo de regreso, dimos un pequeño paseo por las tiendas del aeropuerto y allí estaba, en aquel expositor, mirando. Fue entrar, probar y comprar. Sin duda, amor a primera vista.
Tardé bastante en estrenarla ya que era de la temporada otoño-invierno , aquí este año se hizo de rogar y el viaje lo hice en agosto, por lo tanto no la iba a estrenar cuando todavía ando en sandalias.
Claro que, a veces la realidad es otra y en el mundo digital te encuentras a gente con jerseys de lana en pleno mes de verano y sandalias a -4°C.
Yo empiezo a pensar que no soy de este planeta, porque ni a -4°C ni a 4°C ni siquiera a 8°C que es la temperatura que tuvimos la semana pasada me pongo sandalias, sea con medias, sin medias o con calcetines. Pero es que pensándolo razonadamente, una persona normal, con ese frío,no se va al trabajo en sandalias con la calle nevada, ni tampoco para llevar los niños al colegio.Hasta dudo mucho que las blogueras o influencers vayan así todo el día, de un lugar a otro.
Por muy bonitas que sean las fotos y las sandalias, la realidad es totalmente diferente. Cada cosa tiene su momento. Las sandalias no son para andar por la calle en el invierno, es pura lógica. No nos vendan lo que no es. Otra cosa es que tengas un acto o evento, eso es otra historia.
Por muy bonitas que sean las fotos y las sandalias, la realidad es totalmente diferente. Cada cosa tiene su momento. Las sandalias no son para andar por la calle en el invierno, es pura lógica. No nos vendan lo que no es. Otra cosa es que tengas un acto o evento, eso es otra historia.
Decía Da Vinci:
"Hay tres clases de personas: aquellas que ven, aquellas que ven lo que se les muestra y aquellas que no ven."
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