Carta a una dama

Querida dama:

Tú que siempre estás presente en los buenos y malos momentos. Tú que nos proteges cada noche, llueva o no, sea verano o invierno y que has vivido tantos momentos, que te puedo decir.

Aunque has cambiado de traje durante los años, siempre has sido tú, porqué tu luz se ve desde lo lejos. Mira que llevas años de pie, muchos años, trabajando todos los días, luchando por que todos lleguen a salvo, ahí estás, preciosa.

Has pasado por momentos críticos, pero te has mantenido firme y sigues siendo una auténtica maravilla.

Me encanta sentarme a tus pies y observar esas magníficas puestas de sol. No sabría decirte si son más bonitas las de  verano o las de invierno.

Y el mar? Que me dices de su sonido envolvente, se que te encanta. Excepto cuando se enfada.

Tenía que escribirte, por qué para esta ciudad y su gente significas demasiado. Y darte las gracias por todos los cuentos, historias o leyendas, ya que tú de eso sabes bastante.

Así que, sin más, me despido.
Buenas noches querida dama, mi querida Torre de Hércules.

Una coruñesa.