Que frase más sencilla, pequeña, sin dificultad de entendimiento, pero estoy segura de que hay días en los que hemos tenido más lágrimas que sonrisas. No se si un día sin sonreír no vale de nada, lo que sí sé, es que la persona que logra que en tu cara se perfile esa curva de felicidad cuando tu mundo se desmorona, aún sin saberlo, vale su peso en oro.
Aquí tenéis un día de lo más corriente en mi vida, pero este momento fue lo mejor. Mi fotógrafa se le dio por cambiar la manera de hacer las fotos. No le gusta esas poses tan estudiadas, le gustan más : " Tú te vas moviendo y yo disparo."
Este fue el resultado de su nueva idea de sesión fotográfica. Lo más bonito, que al final si hubo sonrisa, pero muchas, muchas.
El outfit propuesto para dicha jornada es un pantalón de rayas grises con una camiseta en tono plata brillante, con las sandalias en color gris oscuro. Por si refresca, americana en azul marino.El toque de color lo da el bolso.Creo que los complementos pueden tener una importancia bastante relevante en cualquier look.Pocas veces el gris se convierte en el color favorito de la gente. La verdad es que cuando pensamos en este color lo primero que nos viene a la mente son los días nublados con esos nubarrones oscuros que invitan a que la tristeza se apodere de la mente de cada uno. Es un color que ni blanco ni negro, donde el blanco se ve muy sucio y el negro apagado y sin fuerza.
Para muchos es un color sombrío, triste e insensible.
En este conjunto el gris no es de tonalidad muy oscura, quizá por ello da otra visión un poco más alegre.Nada del outfit es nuevo, sino de temporadas anteriores. Ni siquiera la sonrisa es algo nuevo.
Fotos: propias
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