Poco a poco comenzamos de nuevo la rutina diaria. El otoño ya está aquí, los días se hacen más cortos y los recuerdos del verano afloran en nuestro interior. Últimamente no tuve mucho tiempo de pasarme por aquí, así que me quedaba pendiente hablaros de mi viaje a Huelva.
Una semana maravillosa recorriendo diferentes sitios de nuestra geografía hasta llegar al centro de operaciones: Matalascañas.
Salimos un domingo temprano y nuestra primera parada fue en Hervás, un precioso pueblo medieval de la provincia de Cáceres, donde mejor he comido el secreto ibérico.
Después de dar un pequeño paseo,seguimos nuestro recorrido hacia Olivenza ,ahí decidimos pasar la noche, descansar bien, porque todavía nos quedaba bastante camino hasta Sevilla.
Así fue,por la mañana temprano llegamos a ésta maravillosa ciudad, y menos mal que estaba nublado, creo que se agradeció mucho. Sevilla tiene su encanto especial, para disfrutar de ella, desde luego, no llega con una mañana, ni con un día. En nuestro caso era parada obligada en el camino.
Ya por la tarde, llegamos a nuestro punto de destino, cansados, muy cansados, pero todavía teníamos mucho que ver. También dejamos tiempo para disfrutar de la playa y la piscina.
Nuestra siguiente excursión fue a Río Tinto. Esta en especial, me sorprendió mucho. Una cosa es verlo en la tele y otra muy distinta es estar allí.Por la tarde, de camino al hotel,decicdimos hacer un alto en el Rocio, otra visita obligada.
Después de un día totalmente de relax nuestra siguiente parada Cadiz,muchos me dijeron que se parecía A Coruña, no sabía en que, pero cuando vi la playa lo supe. Ese día decidimos ir hasta San Lucar de Barrameda, allí nos encontramos con las famosas carreras de caballos en la playa y con una maravillosa puesta de sol.
Nuestro siguiente día comenzó con playa y piscina, y por la tarde una pequeña visita a Palos de la frontera, para ver las carabelas de Colón.
Mi sombreo y yo,inseparables. |
Ya de camino a casa, parada obligada en Mérida, lo peor, el calor que hacía, botellas de agua con hielo o granizadas o meter la cabeza en cualquier fuente era nuestra manera de refrescarnos y así poder disfrutar de ella.
Y por último, nos esperaba Salamanca, una ciudad que me ha gustado mucho, pero mucho, con su fantástica Plaza Mayor.
Cómo veis una semana de vacaciones muy movida, llegamos muy cansados,fueron casi tres mil kilómetros recorridos, pero disfrutamos del mar, de la piscina, de hermosos paisajes y sobre todo de poder estar con la familia toda junta, aunque a veces es difícil ponernos de acuerdo, para mi esta foto lo es todo.
Fotos:propias
Foto al estilo "Los Serrano". Menuda tropa. |
Comentarios
Publicar un comentario